Recuerdos de un viejo baúl

--Buscando un reino propio--

En un lejano castillo,
tierra de Duendes y Hadas
vivía una pequeña y hermosa niña
que a pesar de ser muy “amada”,
no la dejaban salir al mundo…
Sus cantos frágiles eran escuchados
desde su jardín de cisnes al exterior.
Sus padres la protegían del dolor,
para que nunca sufriera
como sufren los humanos.

Ella sabía que su vida, era una vida irreal.
Quería reír, quería llorar como los demás!
De pronto empezó a llorar en su soledad…
por los días no vividos,
por las experiencias no adquiridas!
y de sus lágrimas de cristales rotos,
encontró un sentido perdido
que ya antes había sentido,
y lo guardo en un lugar muy
reservado; oculto en su corazón.

Una tarde inesperada,
escapo por su ventana
y sigilosa empezó a correr
por un camino sin dirección,
sin temor a equivocarse,
saboreando… la aventura de crecer,
olvidando su vida estable,
buscando respuestas nuevas y frescas
pensando en los momentos..
que le esperarían a su vida.

En este camino sin rumbo fijo
su brújula era su intuición,
no solo un vago impulso irreflexivo
como dirían sus padres
y los seres racionales de vidas estables!
¡Allí estaba, preparada para aprender
por duro y difícil que todo fuera!
Y ese sentimiento de valor
le anuncio grandes esperanzas.

Cuentan que en el camino
la princesa se re-encontró consigo misma
y vivió su propia vida,
y no la vida que otros querían que viviera.
Pero se encontró con dragones y otras bestias
que la acechaban de forma constante.
Así que tuvo que luchar con mucha fuerza,
y de la misma forma encontrar
mucha confianza en su Yo interior..
Aquel Yo donde pudo expresarse
en esa palabra llamada Libertad,
para soñar, sin mascaras,
de forma sencilla y limpia.

Dicen que al transcurrir su cotidiano vivir
estuvo más lleno de belleza, alegría,
comprensión, sabiduría y aceptación.
Dicen también que conoció a un mago
que le ofreció su abrazo mágico
librando juntos grandes aventuras.
Dicen que ambos se amaron hasta envejecer..
bajo la secreta protección de querubines y hadas.

Y colorin colorado,
este cuento se ha acabado.

Mabelle